jueves, 12 de octubre de 2017

Y de las sombras, surgió la Luz.


Paseó la mirada por las dependencias, dejando su mochila a un lado y el maletín con su equipo médico al otro. Inspiró hondo antes de sentarse en una silla, en su nuevo hogar.

Había recorrido un largo camino hasta llegar a ese momento, había sufrido, luchado, perdido y renacido. Y tras la entrevista esa noche con el Lord Comandante, todos los sentimientos enclaustrados en un rincón de su mente volvieron de golpe, oleada tras oleada de recuerdos sepultados salieron cobrando forma en dos silenciosas lágrimas que tímidamente recorrieron sus mejillas hasta sus manos crispadas.

Inspiró hondo tratando de tranquilizarse, pero ahora, una vez abierta la compuerta, ¿cómo volver a cerrarla?

Sollozando revivió los recuerdos de su niñez, jugando con los hijas del herrero Yvegrin y su encantadora esposa Georgina, Rosemund y Alexia. Juntas se metieron en algún que otro lio por sus travesuras, en un mundo protegido por la gran muralla que rodeaba Gilneas, ajenos a los problemas de sus vecinos. 

Recordó cuando su madre Askani, la empezó a instruir reconociendo las hierbas con propiedades medicinales, tratándolas para secarlas o preparando las cataplasmas y unguentos con que trataba las heridas de sus vecinos. 

Más tarde empezó a ayudar a su padre, Eldric, con las operaciones más graves, como el dia que el viejo Rourkan se seccionó el pie al cortarse con el hacha mientras cortaba leña, nunca le habia dado miedo la sangre y quizás por ello sus padres confiaban en que seguiría su vocación como médica. 

Recordó los nervios y la alegría cuando le dijo a sus padres que iba a seguir el camino del sacerdocio, y como el viejo padre la habia tomado bajo su tutela, explicándole el camino de la Luz, enseñandole a ver el mundo desde una perspectiva mucho más templada que como lo habia visto hasta ese momento.

Y entonces, cuando todo parecía que encajaba en su lugar, ocurrió. La noche en que todo se convirtió en caos, cuando las llamas empezaron a devorar la hasta ahora pacifica ciudad, cuando los gritos de sus vecinos y la guardia alertaban sobre un ataque, y como corrieron ella y sus padres a tratar a los heridos, quienes parecían víctimas de una bestia salvaje. Las lágrimas dejaron paso a un sollozo desgarrador cuando revivió el momento en que tras perder de vista a sus padres en el caos de la noche, volvió sobre sus pasos a su casa para encontrarla en llamas mientras los gritos desgarradores de su madre salían de esta, recordaba los brazos del herrero sujetandola mientras gritaba el nombre de su madre tratando de ir con ella, de salvarla mientras se quemaba viva.

Y después recordó como corrieron perseguidos por oscuras criaturas, de fauces sedientas de sangre, el profundo dolor que recorrió su pierna cuando uno de ellos la mordió alzandola del suelo como si de una muñeca se tratara, recordó el pavor, esos ojos brillantes y la inconsciencia. 

Los días tras eso eran confusos, recordaba haber caminado sola por los bosques, aullando con una voz que no era suya, horrorizada por su nueva forma irracional hasta que la acorralaron para despertarse mas tarde, entre gritos de angustia.

Intentó tranquilizarse recordando los buenos momentos vividos, como buscó refugio en la Luz, buscando una manera de sobreponerse y seguir adelante y como poco a poco descendió inexorablemente a la locura, negando esa parte de si misma que consideraba un monstruo y que a la vez escapaba a su control.

Fueron tiempos dificiles en que llego a renunciar a sus creencias, puesto que ¿cómo podía una maldita ser sierva de la Luz?

Tan solo una persona supo ver tras sus ojos cansados y su vida errabunda. Thausam, el calmado druida huargen que la encontró sucia y desnutrida andando como una bestia por los bosques, el que supo ver que tras ese gruñido susurrante se escondia un llanto. El hombre que la llevó hasta Darnassus, ayudandola a pasar el ritual que calmaria su bestia interior. Y quien le daría fuerzas para recobrar su fe.

No había pasado tanto tiempo, apenas 4 años desde que retomara el control de su vida, y decidiera ayudar a quienes mas lo necesitaban, recorriendo los caminos como curandera errante, llevando un atisbo de Luz a aquellos más necesitados hasta encontrarse con sus compatriotas. 

Gilneanos que asentados en los bosques de Elwynn que rodeaban la ciudad, soñaban con recuperar una ciudad ahora en las manos podridas de los no muertos.

En un principio su necesidad de estar con su gente, la impulsó a alojarse con ellos pero pronto entendió que algo se habia roto irremediablemente en su interior. No le esperaba nada en las antaño familiares calles de su tierra patria, tan solo los recuerdos de un doloroso final. 

Angustiada volvió a los caminos hasta que sus pasos dieron con la abadia de Villanorte, donde permaneció dos años alejada del mundo, estudiando comprometida con su firme decisión de ordenarse como sacerdotisa.

Más su viejo mentor, quizás la conociera más que a ella misma, puesto que la invitó a que fuera a Ventormenta, a conocer el mundo que habia apartado.

Y fue allí donde estuvo trabajando, por la voluntad de quienes necesitaban su ayuda, hasta que llegó a sus oídos la existencia de la Casa Landcaster. 

Inspirando profundamente intentó recomponerse, todo lo que había vivido la habia fortalecido más de lo que muchos veían a simple vista. 

No era solo una joven desvalida en busca de un hogar, de un sitio donde al fin sintiera que pertenecía a algo. No, era una mujer que estaba cansada de deambular de un sitio a otro y que esperaba hacer algo digno antes de reunirse con sus ancestros.

Su vida la había enseñado a hablar poco, y observar y a mantener viva la esperanza. Se limpió las lágrimas y cerró los ojos un momento calmandose, para posteriormente dirigirse a por sus cosas para colocarlas en el armario. 

Tras esto, abrió el dispensario ocupándose en hacer un pequeño inventario de las medicinas que allí se guardaban, hecho esto sonrió levemente.

Porque hasta de la más oscura sombra, puede surgir la Luz.


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Y de las sombras, surgió la Luz by Nissa Audun está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

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