Las tenues luces del alba la
encontraron sentada en el alféizar de la ventana, observando cómo se despertaba
el mundo a su alrededor mientras se deleitaba sorbo a sorbo de su taza de café.
Sus claros ojos verdes se
perdieron en el ajetreo de la cocina del 3º A, un piso inferior cuyo ventanal
abría un resquicio de la vida cotidiana a su mirada curiosa, en el dos pequeños
niños rubios jugueteaban en la mesa mientras su atareada madre les intentaba
meter trocitos de tostada y les animaba a beberse el cola cao, al lado una
adolescente de melena áurea y cuidadosamente colocada daba pequeños tragos a su
taza de humeante café, mientras repasaba lo que debían ser unos apuntes de
alguna asignatura. El padre hizo su aparición como un torbellino, repartiendo
besos a cada uno de los miembros de su familia, cruzando una amorosa mirada con
su cansada esposa mientras tomaba de un trago el humeante café. Tres minutos
más tarde salió acompañado de sus hijos, mientras la atareada madre recogía
como podía, saliendo de su visión camino a arreglarse imaginaba.
En el 3º B por el contrario, la
escena era totalmente diferente, lejos del agitado ritmo de la familia vecina…
un anciano desayunaba confortablemente sentado en la silla de la cocina,
tomando pequeños trocitos de un bizcocho que repartía entre el mismo y su mimosa
gata.
Suspiró suavemente antes de
ponerse en marcha, recorriendo con delicados pasos el pasillo mientras su propia
gata se entrecruzaba con sus pies, ronroneando mientras le daba los buenos días.
Sonrió levemente deteniéndose unos
minutos para hacerle unas cosquillas tras las orejas antes de entrar en el
baño, dejando la taza en el lavabo se desvistió doblando pulcramente el camisón
sobre el taburete, después se introdujo bajo la ducha e inspiró antes de abrir
el grifo del agua.
No pudo evitar un pequeño grito
al sentir la mordida de las frías gotas sobre su piel, poco a poco el líquido
torrente aumentó de temperatura relajando sus músculos agarrotados por los
miedos nocturnos.
Dejó libre su mente mientras se
acicalaba bajo el agua, disfrutando del espumoso contacto del jabón contra su
piel, mientras la cortina de agua se llevaba preocupaciones y miedos.
Como siempre… se había demorado en
la ducha más de lo debido, así que ahora tenía que correr a la habitación, se
vistió rápidamente apartando con ternura a Bastet quien le mordisqueaba los
dedos juguetona.
El ritual de maquillaje fue
igualmente rápido, pese a los intentos de Bastet de retrasarla, unas veces agarrándose
a su pierna clavándole las uñas ligeramente, otras tirando el rímel y jugando
con el por el suelo del baño como si de una pelota fuera. Al final de cinco
pasó a diez minutos exactos en salir preparada para enfrentarse al nuevo día,
con rapidez recogió el bolso mientras daba pequeños pasos intentando meter los
pies en las manoletinas, con una gata maullante entrecruzándose en su camino.
Frunció el ceño soltando una leve
maldición, coge a la gata y la acaricia en brazos, juntando sus mejillas después
le murmura tranquilizándola: <<En un ratito vuelvo… no seas pesada, pórtate
bien preciosa, esta tarde te traigo algo especial ¿vale?>>
Después deja a la gata en el
suelo, pese a los maullidos insistentes de esta, parece que no quiera que su
dueña la deje sola… suspira despidiéndose de Bastet que la mira sentada sobre
sus cuartos traseros desde el pasillo, algo enfurruñada por quedarse nuevamente
sola y cogiendo las llaves sale camino del ascensor.
Un nuevo día, comenzando con la
rutina diaria de los saludos formales en los encuentros vecinales en el
ascensor, buscando las llaves del coche mientras siente la mirada penetrante de
la vecina del 6ºB que como siempre desaprueba sus vaqueros y sus camisetas
ceñidas. Para esa anciana de exquisitos modales, la ropa casual no era digna
para ir a trabajar…
Una breve despedida, una carrera
y al fin, sentada en el asiento de su coche disfrutando de su pequeño espacio
vital mañanero.
Tras ponerse el cinturón arranca
el coche… a la segunda, el pobre empieza a sentir el peso de los años, con saña
mete el pie en el embrague jugando con el acelerador para salir en segunda,
dado que la primera marcha ha decidido tomarse vacaciones y no funciona.
Un renqueante volkswagen consigue
salir a trompicones del garaje, justo en el momento en que el sol le da la
bienvenida a la marabunta urbana, dejándola caso ciega con su fulgor. Suerte
que llevaba las gafas de sol y pestañeando vuelve a recuperar la visibilidad.
Entre pitidos, acelerones,
paradas… se une al atasco de la mañana, en busca de una ruta más o menos rápida
para llegar al trabajo. Todos los percances están calculados, tiene más de
media hora para llegar al trabajo… aunque hoy los coches apenas se mueven,
parece como si el mundo fuera a cámara lenta.
Resoplando enciende la radio,
captando su emisora favorita, una pegadiza cancioncilla rockera resuena en el
altavoz. Mirando en torno aburrida, sube el volumen, tarareando la letra de la
canción.
Finalmente llega al trabajo,
aparca el coche con algo de dificultad, saliendo de este a toda prisa, al final
va a llegar tarde, cierra la puerta del coche guardando las llaves en el bolso
mientras camina, en su cabeza organizando el día que le espera. Anotando
mentalmente acordarse de ir a comprar un par de latas de comida especial para
Bastet, que hoy curiosamente cumple dos años con ella… aún recuerda la pequeña
bola de pelo negro que temblaba en sus manos cuando la recogió del refugio de
adopción. Fue amor a primera vista, cuando sus miradas se encontraron supo que
debía ser suya.
Una leve sonrisa se esboza en su
rostro recordando los juegos de la mañana mientras camina cruzando la calle
perdida en sus pensamientos.
Un pitido, un estruendo y…
De repente se encuentra tirada en
el suelo, el impacto la ha dejado sin aliento, el dolor de sus piernas
destrozadas es insoportable o puede que sean sus costillas, rotas al
estrellarse contra el parabrisas del coche. Bajo ella el frío asfalto la acoge,
sus dedos temblorosos pueden notar entre el dolor su rugosidad… su mirada trata
de registrar su entorno pero apenas ve más que formas borrosas… el dolor… ¡por
Dios… qué estúpida!...
Lágrimas se agolpan en sus
mejillas, mientras un jadeo escapa de sus labios… tan sólo piensa en su madre…
va a llorar tanto… y su gata… que será de ella…
Entre las oleadas de dolor le
llegan voces…. Como a través del agua… distorsionadas… intenta moverse pero no
puede… algo cálido la envuelve… sabe que no debe dormir… pero la oscuridad la
llama… el descanso… un súbito destello la envuelve, abre los ojos un instante
sintiendo como alguien la ayuda a levantarse…
Confundida mira la luz y después
tras ella donde un chico grita suplicando ayuda mientras ve como su desmadejado
cuerpo exhala su último aliento…. Su cuerpo destrozado queda inerte, tendido en
el asfalto sobre un charco de su propia sangre…
Un sentimiento de enorme tristeza
la embarga… ¿ya está? ¿Se acabó? ¿Tantos planes aplazados para nada? Mira a la
Luz furiosa… <<¡No es justo!... ¡No estaba preparada!!>>
Una voz cálida y familiar resuena
sobre los demás sonidos <<Nadie lo está, pero esto sólo es un paso más en
el camino… no estarás sola>>
Siente como la empujan levemente,
hacia la Luz y al entrar en ella… unos cálidos y familiares brazos la arropan,
arrancando una sonrisa en su rostro al reconocer a quién pertenecen mientras la
voz suavemente murmura… << No estarás sola>>.
PD: Vive hoy como si fueras a
morir mañana… porque nunca sabes lo que puede pasar.
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