PRÓLOGO:
Aquí estoy, en mi pequeño rincón de soledad al que llamo hogar. Si…
entre humanos que detesto, en una ciudad humana que detesto, alejada de todo lo
que he amado en esta vida… pero antes quizás deba empezar por el principio.
¿Qué me ha impulsado a iniciar estas páginas? Muy sencillo, llevo
demasiado tiempo malviviendo en esta poblada ciudad, recorriendo en soledad sus
calles infectas, conviviendo y creando lazos de amistad con mis compañeros de
batalla… Pero esta noche Elune se ha reído de mí… o eso creo.
Quizás tan solo
haya respondido por fin a mis ruegos y me haya otorgado la señal que estaba
esperando.
Era una noche cualquiera, en que aburrida de tratar las pieles que
vendo para mi sustento, acompañé a los que llamo mis compañeros al puerto, y
allí estaban… mis hermanos. Hacía demasiado tiempo que no coincidía con un
grupo tan grande de ellos. En la taberna donde voy a ahogar mis penas,
encuentro a esos jóvenes que encandilados por los sueños de grandes aventuras,
se dirigen a la ciudad humana en busca de retos y amoríos, arrastrando nuestro
buen nombre por el fango. Pero estos eran distintos, lo supe al ver a su líder,
una altiva elfa de cabellos níveos, casi plateados, cuyos movimientos denotaban
una regia elegancia. Al escucharles hablar en mi lengua natal, un sentimiento
que creí consumido inundó mí cuerpo, haciendo que un hormigueo recorriera mi
estómago a la par que la vergüenza me embargaba, pues había palabras que no
entendía.
¿Cómo puede ser que me haya olvidado ya de mi lengua materna? ¿En qué
clase de Kaldorei me he convertido? Me acerqué a ellos humilde, nerviosa como
una aprendiz el primer día en que toma los pergaminos… y me he dado cuenta de que tengo poco que ver
con ellos, sus palabras quizás hayan sido el peor golpe recibido en mucho
tiempo, han abierto heridas que creía ya cerradas… y es que como dicen… me he
vuelto demasiado humana.
¿Cómo ha pasado? Yo que valoro los principios de mi gente y de mi
tierra, ¿cómo me he permitido acabar como lo que más detesto? Yo que he luchado
codo con codo con mis hermanas, que he curado sus heridas en batalla… ¿cómo me
he alejado tanto de la persona que una vez fui?
Me fui de allí sin mediar palabra… no tengo cabida a su lado… mi
pueblo… soy una extraña para todos ellos.
Quizás por eso empiece a escribir mi historia, no por un impulso vanal
de darme a conocer, no porque quiera que los demás dejen de mirarme con odio o
pena, no. Simplemente, quiero poner en orden mis pensamientos y recordar, el
camino que me ha conducido a lo que soy hoy día.
Y es que… "Para llegar a
saber quién eres, antes debes entender que donde vienes"
Así pues, debo recordar todo lo que me obligue a olvidar, debo
rememorar los rostros de un pasado que creía ya muerto, debo recordar el camino
que recorrí para convertirme de una aprendiz del sendero druídico a una simple
cazadora de recompensas, y para que miento… a no ser más que una mera
asesina.
Nahele Nidawi:Prólogo by Nissa Audun is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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