sábado, 24 de septiembre de 2016

Tiempos de Esperanza


¿Cuanto tiempo debe pasar para convertirte en lo que más odias? Ese era el pensamiento que reverberaba en mi mente mientras dejaba que mis pies avanzaran como una autómata.

Me encontraba perdida, sola y hambrienta... sin rumbo. vagando por un bosque desconocido, huyendo de las grandes bestias, alimentándome de las pocas bayas que lograba encontrar en los arbustos, cazando cuando el hambre dejaba libre la maldición que hacia arder mi sangre y romper mis huesos para adquirir la forma de la bestia.

Me detuve mirando mis ropas harapientas, mis manos manchadas de tierra, mis pies descarnados, ¿dónde quedaba esa joven muchacha de piel nívea y entusiasta?

Un sollozo se abrió paso por mi garganta y sin poder controlarlo, sentí como la bestia tomaba el control, aullando de dolor entre chasquidos de huesos rotos me transformé, resoplando de dolor, cuando todo pasó mire de nuevo esas zarpas, el pelaje claro que cubría mi cuerpo y lentamente me rendí, dejando que mis rodillas besaran la tierra.

No sé cuanto tiempo pasé llorando en silencio la pérdida de mi antigua vida, abrazada a mi misma mientras la angustia sacudía mi cuerpo y los recuerdos fustigaban mi mente.

Fue entonces cuando ya no tenía más lágrimas que sentí que no estaba sola, alcé la vista y ahi estaba, un gran lobo blanco que sentado sobre sus cuartos traseros me observaba en silencio.

Pestañeé lentamente creyendo que se trataba de una alucinación, pero seguía ahi, ante mí, silencioso como habia llegado.Me limpié como pude las lagrimas del rostro, y ladeé la cabeza buscando a sus compañeros, seguramente me habían confundido con una presa fácil. Sonreí por un instante pues no imaginaba muerte mas irónica que morir a manos de mis semejantes.

Pero estábamos solos, al menos por lo que pude apreciar.

Me incorporé entonces lentamente mientras el gran lobo hacia lo propio, me dirigió una última mirada y comenzó a andar dándome la espalda para detenerse unos instantes antes de volver a mirarme. ¿Acaso quería que le acompañara? 

Sin pararme mucho a pensarlo, pues había decidido que se trataba de un sueño o una alucinación le seguí tambaleante, abriéndonos camino entre el silencioso bosque.

Caminaba con la mirada fija en la espalda del lobo, que de tanto en tanto giraba la cabeza, avanzamos en la arboleda que poco a poco fue haciéndose más espesa, las ramas golpeaban mis brazos al pasar, algunas incluso fustigaban mi rostro, pero poco me importaba. Ayudándome del bastón para caminar, pues las ramas, piedras y hojas de los árboles formaban una alfombra sobre la que mis pies convertidos en zarpas se hundían.

Fue entonces cuando distinguí la abertura de la cueva a la que nos dirigíamos, así pues, ¿me llevaba como el cordero al matadero, cerca de su madriguera para saciar el hambre de sus compañeros? Me detuve dubitativa mirando en torno, pero no reconocía la zona y mucho menos tenía fuerzas para seguir corriendo.

Volví la vista al lobo que se había detenido en el umbral de la cueva, me dirigió una ultima mirada antes de desaparecer por la abertura. 

Parpadeé y pensé en huir por un instante, pero luego aparté ese pensamiento de la mente, ¿para qué iba a huir si es lo que llevaba buscando desde hacía tanto tiempo?

Con determinación me acerqué a la cueva, e inclinando la cabeza me introduje en la oscuridad. Poco a poco fui avanzando buscando el destello blanco del pelaje del animal que me guiara hasta esa cueva, pero por mas que avanzaba no distinguía nada. La oscuridad fue haciéndose más agobiante, el túnel por el que caminaba siguiendo el recorrido con una mano titubeante apoyada en el rugoso muro, se extendía al parecer sin fin.

Poco a poco noté como el suelo se enfriaba, estaba pisando roca, sin rastro de tierra ni ramas. De vez en cuando mis pies pisoteaban un charco, algo que me asustaba pues no es para nada agradable.

Tragué saliva y seguí avanzando, perdida en la oscuridad, las orejas pegadas a la sien mientras el sonido de mis zarpas reverberaba en el pasadizo. Tenía miedo de avanzar, pero me atemorizaba más la idea de volver, de seguir perdida en el bosque acompañada tan sólo de mis recuerdos.

No se cuanto tiempo anduve, hubo un momento en que el paso se hizo angosto y tuve que detenerme para tranquilizarme y adoptar mi forma humana, finalmente creí escuchar un rumor y ¿no era eso claridad? Con el corazón palpitando con fuerza avancé mas deprisa, medio encorvada por el estrecho pasadizo.

Un recodo más y lo vi de nuevo, sentado sobre los cuartos traseros, enmarcado por una brillante luz, como si de una mágica visión fuera. El lobo me esperaba pacientemente.

Me quedé muy quieta, dejando que poco a poco mis ojos se acostumbraran de nuevo a la luz, avancé entonces lentamente bajo su mirada, y entonces lo vi. 

Ante mí una enorme cueva abovedada, por cuya cúpula caía estruendoso un enorme torrente de agua, la claridad provenía de esa abertura en el techo, inundando la sala con una cálida luz, arrancando destellos de las brillantes y tumultuosas aguas,

Maravillada avancé torpemente hasta detenerme a orillas del manantial y fue cuando sentí la testa del animal rozar mi mano. Bajé la mirada y así era, el gran lobo estaba a mi lado, me miró nuevamente y avanzó lentamente hasta tumbarse con aire digno a orillas del manantial. Su mirada pesaba más que el estruendo de la cascada.

Lentamente volví a mirar la superficie del agua, un reflejo distorsionado de mi rompía la superficie pero fue bastante para ver en que estado me encontraba.

Sucia, con la ropa hecha harapos, la cara manchada de tierra y el pelo enredado en hojas. Todo un espectáculo. Inspirando hondo, me desvestí y dejé el bastón a un lado.

Temblando miré al lobo que me miraba con su hocico apoyado sobre sus patas delanteras, sin saber bien como o por qué me habia traido hasta alli, introduje un pie en el agua que para mi sorpresa estaba templada.

Lentamente entré en las aguas, sintiendo como mordía las heridas de mi cuerpo, los arañazos escocían, pero al tiempo me aliviaba... era extraño pero allí en mitad de la nada, acompañada solo por el lobo, me sentí por primera vez en paz.

Me limpié despacio, arrancando las hojas de mis cabellos, limpiando la suciedad de mi piel, que poco a poco volvia a recuperar su palidez.

Cuando me sentí limpia salí de las aguas buscando mi ropa, pero no la encontré. Sorprendida miré en torno  y donde antes estuvo el lobo, distinguí un bulto de ropa.

Me acerqué titubeante, temblando de frío y temor, hasta que tome entre mis manos el sencillo jubón y los pantalones de cuero, miré dubitativa entorno pero ni rastro del lobo.

Con cuidado me vestí con esas ropas limpias y nuevas, sentada en la piedra trencé mis cabellos mojados y esperé, hasta que el sueño me hizo dar alguna cabezada, hasta que decidí tumbarme sobre la fría losa y dormitar.

Desperté cuando sentí una suave caricia en el rostro, alcé la vista de manera repentina y ahi estaba el lobo blanco, era su hocico dandome leves topetazos en el hombro lo que me habia despertado.

Ante mi tenia fruta, y un pequeño pergamino donde escritas con una letra sesgada y clara habia unas pocas lineas. Cogí titubeante la nota y la lei lentamente, sintiendo como un nudo se formaba en mi garganta, mire en torno pero no habia nadie mas que yo y el lobo que en ese momento se habia tumbado a mi lado apoyando su cabeza en mi pierna solicito.

Acaricie pensativa su testa, sonriendo para mi, guardé el pergamino en mi pechera con cuidado y comí la fruta que se me ofrecía. 

Después, pasado un tiempo, puesto que no quería irme de aquel lugar, tomé mi bastón y echando un ultimo vistazo atrás sali de nuevo por donde habia venido.

Una vez fuera me detuve, mirando el bosque ante mi, acariciando distraída el pelaje del lobo, quien me dió un ultimo topetazo con el hocico antes de salir al trote y perderse entre los árboles.

Inspiré un instante y comencé a andar, buscando la salida del bosque, era tiempo de volver a la civilización. 

Mientras caminaba pensaba en las palabras que me habían dirigido: "Por muy oscuro y solitario que sea el camino, siempre habrá una luz que te guíe. No estás sola, aún te queda mucho que recorrer. Vuelve a la vida cachorra, ve a Darnassus, allí te esperan"

Quienquiera que fuera mi benefactor siempre estaré en deuda con él, o con ella, pues me ayudo a recuperar algo que creí perdido: la Esperanza.


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domingo, 12 de junio de 2016

La Muerte del Comerciante, según Beretta


Un pregonero anuncia por las calles de Ventormenta:

¡Atención ciudadanos de la Alianza, el temido y buscado malhechor, asesino y traidor que se hacía llamar El Comerciante ha muerto! ¡Contemplad su cabeza, clavada en la muralla del cuartel de la guardia del Casco Antiguo y cortada de la mano de los hombres de nuestro Rey, apoyados por la Casa Landcaster! ¡Hoy, nuestras calles son más seguras, gracias a la Luz, gracias al Rey Varian!

Versión oficial según Lord Adkins:

El corcel del Lord relinchaba mientras paraba en seco ante el robusto cuartel custodiado por más guardias de lo que era habitual. Adkins bajó, haciendo chocar entre ellas las placas de su dorada armadura. -Lord Adkins Landcaster, por aquí por favor.- Dijo un guardia. El noble asintió con firmeza, ocultando su prisa bajo un rostro de seguridad y siguiendo al joven armado. Adkins paró frente una puerta de metal perfectamente sellada, donde se abría una pequeña rejilla que daba al oscuro interior.

 Llegó un segundo guardia. -Lord Adkins, se presenta el Sargento Dave. El reo hace pocas horas que está aquí, aún no se le ha dictado una sentencia.- Dijo el Sargento rápidamente. -Intentaré aligerar los tramites de todo esto.- Comentó el Señor Landcaster, mientras, lentamente, acercaba sus ojos a la oscura ventana que daba al interior de la celda. -Hola, princesita.- Dijo una voz ronca, a la vez que unos brillantes ojos de carácter lobuno se colocaban frente a los de Adkins. -Hola, Comerciante. ¿Está acondicionada a tu gusto la habitación?- Dijo en un tono pausado, mientras recibía las groseras palabras del criminal. -Que te den, Barón.

Con la noticia de la detención de El Comerciante, el Casco Antiguo empezaba a hervir en rumores. 

Al poco tiempo, se detuvo un colaborador del criminal y se encarceló junto a él, un error que pasó factura más adelante. Adkins volvía de palacio con la sentencia para ambos prisioneros cuando un grupo de malhechores demasiado cerca del Cuartel lo amenazaron con matar a uno de los Vasallos de su Casa, Anthony, si ocurría algo a El Comerciante. No tardaron en rendirse y caer bajo el peso de los muchos guardias que quedaban cerca del Cuartel. El Lord bajó las escaleras hacia la entrada de la celda donde hacían acto de presencia un miembro del IV:7, un guardia y el Sargento. Adkins abrió el pergamino con la sentencia y leyó la cabecera en voz alta: "Sentenciados a morir."

Las dos mujeres apresadas por intentar secuestrar a Anthony se encerraron junto a los criminales. No fueron debidamente desarmadas. Los dos prisioneros se pusieron nerviosos, empezando a golpear la puerta. No había salida. El Sargento les anunció su destino. -Se hará justicia, Comerciante. No te mereces las calles de Ventormenta. Las ratas, por muy listas que sean, siguen siendo ratas.- Dijo el Lord a través de la rejilla. -Vamos, princesita, ¿A caso tu mereces tu título? ¡Vivo soy El Comerciante, muerto seré una leyenda!- Gritó el criminal, mientras con la daga que escondía, se abría en canal los intestinos.

Los guardias entraron rápidamente y contemplaron la escena. Minutos antes, el compañero del que ahora se autoproclamaba una leyenda se había ahorcado con su cinturón. Las prisioneras se hacían a un lado y El Comerciante, sonriente, moría lentamente mientras con su último aliento pronunciaba...
"El juego no termina aquí." 

Versión según Beretta: 

Piso franco en Ventormenta, a 29 de Mayo de 2012. (Cerca de la medianoche)

- Traidores! Sabandijas! Malditos Bastardos!!- Nissa permanecia en silencio observando a su jefa mientras rompía los muebles de la habitación, arrancando trozos de pared con sus afiladas garras, sus palabras gruñidas con voz gutural mientras sus dientes chasqueaban enfurecidos.

- ¿Cómo ha pasado!!? ¿¡¡Tenemos gente... por qué no se le ha liberado!!!???- en un momento dado la huargen enfurecida se lanza quedándose a escasos centímetros de Nissa. su agitado aliento moviendo sus oscuros cabellos, ante lo que la mujer... levanta sus áureos ojos respondiendo con dulzura.

-No nos dio tiempo... lo tenían preparado, en cuanto lo detuvieron tardaron menos de tres horas en condenarlo... si él hubiera esperado sólo un poco...-

- ¿Esperar??? Sabes muy bien que significaba para él estar encerrado!!! ¡Maldita sea!- su zarpa se hundió en la pared a escasos centimetros del rostro de la joven ,que enarcó una ceja con frialdad.

- Bueno... pues quizás debería haberlo pensado antes de actuar como un chiquillo..- no pudo terminar de hablar porque la huargen soltó un amenazador gruñido.

- ¡Vete!... desaparece de mi vista!!!!-

La vidente asintió levemente dirigiéndose hacia la puerta, deteniéndose unos instantes para murmurar unas palabras.

-Ahora... todo depende de ti, Beretta... ¿Estás dispuesta a pagar el precio?- 

-Sabes la respuesta... sin él... nada de esto tiene sentido.

-Estaremos en contacto...Recupera las armas...- con un suspiro salió de la estancia cerrando la puerta tras de sí, pero no sin antes escuchar el terrible aullido que salió del cuarto, un aullido que a mitad se quebró en un lamento humano.

Una figura embozada se dirige por las calles de la ciudad hacia el Cementerio, donde un grupo de hombres armados con grandes espadas y armaduras de placas la esperan.

Le señalan un cuerpo decapitado, ante el que se arrodilla despacio... con dulzura le acaricia las manos mientras susurra:

- ¿Dónde están sus pertenencias?- en silencio le tienden las armas de su esposo junto a un reloj y un mechero gnómico, eso la hace sonreír... es el mismo que intento robarle en su dia... el día en que se conocieron marcando sus destinos unidos hasta mas allá de la muerte.

- Si lo desea podemos realizar nosotros el entierro.-

- Ya han hecho bastante... yo me ocupare de él.- Se levanta observando desafiante a los caballeros armados, cuando uno de ellos se acerca y mirándola sombriamente susurra una advertencia.

- Tenemos pruebas suficientes para encerrarte  a ti y a toda tu "banda" el suficiente tiempo para que se os olvide de que color es el cielo, hazme un favor y compórtate como una buena viuda.- Beretta se limitó a mirarle fijamente, mientras el tipo subía a su caballo y tras un ademán instaba a su escolta a dejar el lugar.

Pasados unos minutos unas oscuras siluetas se congregan en torno a Beretta, quien con un sordo gruñido señala el cuerpo. En cuestión de segundos las sombras se llevan el cuerpo, mientras ella coloca el arma de chispa del Comerciante en su cinto. 

Nuevamente se desliza entre las sombras perdiéndose en la noche, hasta llegar a su destino.

Observa en silencio al pregonero mientras alza su mirada a las alturas donde clavada en la muralla del cuartel de la guardia del Casco Antiguo se encuentra la cabeza del Comerciante.

Sus facciones se endurecen al tiempo que sus manos se ciernen sobre las empuñaduras de sus dagas, una solitaria lágrima se desliza por su mejilla, murmura unas quedas palabras, tiempo después gira sobre sí y con un rápido gesto la limpia dándose la vuelta para internarse en las oscuras calles de Ventormenta.

Aquellos que se cruzaron en aquel momento con la joven solo pudieron escuchar: "El juego, no termina aquí"

(*) Efectivamente el juego no terminaba aquí, aunque a Beretta le esperaba un duro recorrido hasta alcanzar su objetivo.

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lunes, 23 de mayo de 2016

EL ÚLTIMO PERMISO (II) : ¿POR QUÉ NO VINISTE?


Una vez más me encuentro caminando por las oscuras calles de la ciudad, no se escucha más que el repiqueteo de mis pasos, que se aceleran a la par que mi corazón. No estoy cansada al contrario, podría correr toda la noche, con tal de alcanzarte... sonriendo escondo aún más mi rostro entre las sombras de la capa, para evitar ser reconocida.

Finalmente llego a los grandes portones de la ciudad, que traspaso sin mirar atrás,  con una sonrisa me deslizo camino del bosque. A pesar de ir con prisa, se que tengo que andarme con cuidado, puesto que no se si me andarán siguiendo o si me encontraré con algún animal salvaje.

Camino agazapada, atenta a los ruidos de la noche, hasta que escucho el claro retumbar de las aguas de la cascada, sin poderlo evitar me acerco casi a la carrera, perdida ya toda prudencia, quedan pocos metros... 

Y en efecto, ahí te encuentro. Bañado por la tenue luz del atardecer, que arranca brillos irisados de tu melena castaña. Tus ojos verdes me observan con una chispa de alegría mientras en tus, por mi ansiados, labios se esboza una media sonrisa.

Mis malditas piernas se detienen por un instante negandose a dar un paso más, quizás mi cerebro inconscientemente les diera la orden, para que pueda grabar tu imagen en mi retina,  en cada fibra y rincón de mi memoria.

Ladeas el rostro con esa mueca de saberse irresistible, mitad soberbio mitad seductor, que me hace temblar como una niña inocente.

Lentamente me recompongo, y aparto la mirada acercándome lentamente.

- Bueno, ¿Vamos a entrenar o has venido a babear?- tus palabras me hieren como mil cuchillos, puesto que a pesar de que arda en deseos de saborear tus labios, de sentir el calor de tus brazos... no me atrevo a exponer mis sentimientos. Al fin y al cabo eres un compañero de trabajo, eres mayor que yo... es... peligroso.

- No se de que hablas, ha sido la luz del sol que me ha deslumbrado.- Le miro aparentando calma, mientras me desato la capa y la dejo a un lado, después de calentar los músculos (Como si hiciera mucha falta los estiramientos pudiendo observarle desde tan cerca...) me pongo en guardia esperando.

El tan solo sonríe, y lentamente enarca una ceja. Empieza el entrenamiento, tu me atacas, yo intento pararte o esquivarte, me corriges la postura, me lanzas contra el suelo un par de veces, te consigo acertar con un puñetazo... y mi preocupación te hace reír a carcajadas.

Eso como no deriva en que me cabreo, saco toda mi furia e intento hacerte una llave de las que me has enseñado, acabo casi cayendo de morros contra el suelo... salvo que te has vuelto a adelantar y me agarras de la cintura evitándolo. Con calma, me giras clavando tus ojos en los mios.

Me recompongo murmurando un quedo "gracias", pero no me sueltas. Siento mis mejillas arder, mientras un hormigueo incómodo sube desde el estomago hasta el fondo de la garganta, mi corazón corre desbocado, mi boca se seca... mis labios tiemblan y le sigue el resto de mi cuerpo cuando siento tus dedos colocándose bajo mi barbilla para alzar mi rostro. 

Nuestras miradas se encuentran y dejo de respirar... es cierto, no puedo respirar por un par de segundos, perdida en el mar embravecido de tu mirada, tienes que repetirme la pregunta porque no te oigo a la primera.

- Adryan... No puedo seguir así y no sé si sientes lo mismo pero necesito saberlo... Me gustas, y quiero conocerte más, no sólo como compañera de armas, o de entrenamiento... necesito saber de ti... -
¿Y que hago? Normalmente la gente cuando te cuenta historias de amor, te dice, y en ese instante sonrió y se besaron, y fueron felices y comieron perdices. Pues yo no. Porque soy asi de idiota.

Así que temblorosa aun le respondí antes de que mi cerebro pudiera corregir las palabras de mi corazón:

- Ya sabes todo lo que tienes que saber. Además tampoco se nada de ti... y no quiero que me hieran... 

- ¿No me conoces? Pregunta lo que quieras. Hace mucho que no confío en nadie, como tu también me han herido... pero no puedo negar lo que siento. Ahora... pregunta solo si de verdad estas interesada.

Con voz temblorosa le pregunté... y estuvimos hablando un buen rato, ahi de pie a media voz, hasta que me senti de nuevo cómoda con tu cercanía... y fue en ese momento, cuando dije algo que no pensé que diría...

- Derek... ¿de verdad me amas?- me sonreíste como nadie antes lo había hecho y me susurraste al oido - Desde el momento en que te vi por primera vez...-

Sonreí, y me acurruqué... alcé la mirada y deslice mis manos agarrandote de la pechera, te inclinaste y besaste con suavidad mis labios, traté de atesorar ese momento, deseé que el tiempo se detuviera...

De pronto siento el aire agitarse a mi alrededor, me abrazo a ti con fuerza, mientras te miro a los ojos... ante mí vas cambiando... todo a mi alrededor se mueve como si estuviéramos en el centro de un remolino, y apoyo mi frente en la tuya, y te miro a los ojos mientras veo pasar a nuestro alrededor toda nuestra vida...

Las peleas al principio en la taberna que pasaron a palabras de amor, las noches contemplando las estrellas escondiéndonos de los demás y sobre todo de mi hermana... Esa noche gélida en que en mitad del torneo Argenta, te arrodillaste sobre la nieve y con las luces de la aurora boreal como únicos testigos, me pediste en matrimonio... Los dos mirándonos como ahora, ante el altar mientras pronunciábamos nuestros votos... el beso que selló el compromiso... cuando me enseñaste a bajar en trineo por las cumbres nevadas cerca de Khaz Modan, las risas en nuestra casa en Forjaz... las conversaciones a la luz de la chimenea... 

Las imágenes a mi alrededor cada vez giran mas deprisa y siento como la tristeza nos embriaga... tu mirada serena se torna triste, mientras acaricias mi rostro, y murmuras palabras de aliento.

Te abrazo con fuerza para descubrir aterrada que con la fuerza del viento comienzas a deshacerte como una estatua de arena, suplico, grito y te imploro, beso tus labios ya fríos y escucho entre sollozos tu pregunta... tu rostro se desintegra mientras lo rozo con las yemas de los dedos... recabando la única lágrima que escapa de tu rostro...

El torbellino se estrella me zarandea, el estruendo se alza a mi alrededor, un grito se escucha en la lejanía cada vez con mas fuerza...

Y despierto una vez más asustada, sin saber que ocurre y descubro el rostro de Glelith, mi buena amiga, que me mira apenada mientras el tuerto, me zarandea tratando de despertarme de la pesadilla. 

Cierro poco a poco los labios al darme cuenta que ese grito que oía era mío, me deshago en lágrimas ocultando mi angustia en la almohada. 

El tuerto baja a por una infusión, mientras la maga me acaricia el hombro consolándome... como cada noche desde hace dos semanas... dos semanas en que me faltas...

No puedo decirles lo que me dices... tus últimas palabras que resuenan en mis oídos culpables...

... ¿Por qué no viniste?...



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jueves, 12 de mayo de 2016



EL ÚLTIMO PERMISO (I)

El silencio reinaba en la estancia mientras las dos figuras se observaban en silencio. 

- Ya he llamado a los demás, lo más seguro es que estén a punto de partir ¿vas a ir?
- Si.
- Puede que esté muerto... y quizás sea peligroso Adry.
- Lo sé, pero es mi marido Beretta.

La mujer la observó un momento seria, antes de pasarse una mano por el cabello, tocando por un instante el parche que cubría su ojo velado.

- Está bien... pero ten cuidado, no quiero enterrar dos cuerpos.
- Tranquila, se cuidarme ¿sabes? - la muchacha sonrió levemente antes de salir por la puerta, equipada con su armadura y sus hachas. Beretta permaneció observando la puerta largo rato, antes de inclinarse y sacar un comunicador del cajón de su despacho. Con calma lo conectó dejándolo sobre la mesa, acto seguido cogió uno de sus cigarros prendiéndolo con el mechero gnómico del Comerciante. En silencio acarició las inscripciones de este, atenta a las voces del comunicador.

Mientras tanto el grupo se reunió a las afueras de Ventormenta, el pelirrojo armado con su rifle, el cazador rubio armado con su arco, el tuerto con un enorme puro en la boca y la joven de melena rojiza.

En silencio subieron a sus chopper antes de arrancar y ponerse en camino.

La muchacha solo podía pensar en las palabras de Beretta: << Tengo noticias fiables del paredero de tu marido, tuvimos una visita... digamos poco amistosa en Bahia. Ahora sabemos donde está... pero puede que ya haya muerto. No obstante voy a mandar a los muchachos para realizar una extracción>>

Apenas escuchaba las palabras de ánimo de su compañero, perdida en sus recuerdos, rezando a todos los dioses que conocía porque... no llegaran tarde.

Finalmente llegaron al lugar, el tuerto como siempre tomó el mando, avanzando sigilosos entre los árboles hasta los altos muros que rodeaban el lugar, donde según los últimos informes, tenían retenido a su marido.

Tras casi seis meses sin verle finalmente estaba a un paso de recuperarle... frunciendo el ceño, apartó los pensamientos centrándose en una vía de entrada.

Rodearon los muros hasta una zona donde una elevación del terreno les permitiría ascender con ayuda del gancho, sigilosos lograron engancharlo y subir uno tras otro para echar un vistazo al panorama que les esperaba.

Pero el lugar estaba bien vigilado, antes de que Adryan pudiera agacharse en lo alto del muro, una flecha restalló entre sus manos, con rapidez pasmosa el pelirrojo, que previamente habia usado un paño para amortiguar el ruido de los disparos se giró y liquidó al vigilante de un tiro. 

El cazador, hizo lo propio con el otro vigilante, pero no pudo evitar que antes diera la alarma.

Las voces se alzaron dando la alarma... adiós a la sorpresa...

Con rapidez bajaron por el otro lado del muro, buscando una via de acceso. El tuerto señaló el muro semiderruido, por el que todos subieron poco a poco hasta una de las puertas de la torre, mientras del patio se escuchaba una terrible voz:

- ¡Ovejas para el matadero! ¡Vienen juguetes nuevos, traédmelos!¡Y liquidar a los juguetes rotos!

La muchacha cruzó la mirada con el tuerto asustada, eso no podía ser nada bueno, este frunció el ceño y la indicó que avanzara agachada hasta que el pelirrojo abriera la puerta con sus ganzúas.

Temblando nerviosa mientras veía al chico trabajar en la cerradura, echó un vistazo al patio por el que varios encapuchados avanzaban con rapidez en dirección a lo que parecían unos barracones, el cazador mientras tanto vigilaba con una flecha presta a ser disparada.

El sonido de la cerradura abriéndose hizo que se moviera como un resorte, desenfundando el hacha y alzando el escudo ante ella para cubrirse avanzó primero introduciéndose en la oscura escalinata, mientras las quedas maldiciones del tuerto la seguían al interior.

Siguió avanzando hasta alcanzar otra puerta, esperó a que sus compañeros estuvieran cerca antes de abrirla, sabía que estaba siendo descuidada pero necesitaba llegar a el, antes de que lo mataran... la luz la deslumbró brevemente antes de tener que retroceder bajo una andanada de flechas, suerte que llevaba el escudo y consiguió desviar la mayoría.

Entonces el tuerto la miro torvamente susurrando:

-Pelirroja, tu avanza y danos cobertura, el chaval y el cazador que nos quiten a esos de encima mientras vemos por donde avanzar. ¡Y nada de tonterías!

Asintiendo, avanzó con el escudo colocado para proteger a sus compañeros que rapidamente salieron tomando posiciones parapetados tras los muretes del pasillo medio derruido. El pelirrojo preparó el rifle y apuntó a su objetivo, tras seguirle unos pasos disparó certeramente, pero la nueva andanada consiguió colar un virote acertándole en la pierna. Con una maldición se agachó mientras el cazador tomaba su lugar disparando rápidamente varias flechas que impactaron en otros tantos blancos.

Aprovechando el respiro, el tuerto colocó el gancho deslizandose por el muro hasta abajo, seguido de cerca por el cazador.

En ese momento el pelirrojo le susurró a la muchacha.

- Colócate más cerca, con el escudo bajo y así me apoyo en tu hombro y nos cargamos a ese hijoputa

Asintiendo hizo lo que le indicaba, protegiéndose ambos tras el escudo sobre el que impactaban aún algunas flechas, éste apoyó el cañón sobre su hombro utilizándolo para fijar el blanco antes de disparar y volarle la cabeza al tirador.

Aún algo ensordecida por el tiro, la muchacha le siguió por la cuerda descendiendo. Al llegar al suelo, sintió como un extraño temblor sacudía el suelo, alzando la vista vió al pelirrojo y al rubio haciendole gestos para que se apartara. Dándose la vuelta extrañada vió acercarse a una espantosa y enorme abominación que cargaba contra ella, apenas tuvo tiempo de alzar el escudo antes del tremendo impacto que la hizo volar un par de metros antes de chocar contra la pared.

Aún atontada pudo ver como ambos disparaban a esa cosa, mientras el tuerto haciendo gala de su poco amor por su integridad física se subía a sus espaldas, mientras trataba de apuñalarle con la espada en la nuca, suponía que para cortar la conexión nerviosa y tirarle al suelo.

La abominación entre rugidos consiguió agarrar al tuerto de una pierna y lanzarlo molesto contra la joven, que ... en parte amortiguó su caida.

Aún se estaba levantando cuando estupefacta vió como un tanque renegado atropellaba a la abominación, que por aquel entonces estaba llena de flechas machacándolo.

El tanque siguió su camino estrellándose contra el otro muro. Los cuatro se miraron levemente antes de seguir avanzando, sin creerse aún su suerte.

El patio aparecía en ese momento desierto, seguramente los guardias que quedaban se habían parapetado en los barracones, cumpliendo sus siniestras órdenes. 

Hacia allí avanzaba la muchacha con el corazón en un puño, cuando tras una de las esquinas de un edificio distinguieron lo que parecia un cadalso. Un hombre con la cabeza cubierta por un saco de arpillera, pendía en precario equilibrio de una cuerda anudada a su cuello, mientras el verdugo encapuchado sonreía a los intrusos.

Con lentos y deliverados movimientos se acercó a la palanca para accionarla, mientras la voz que escucharan antes se elevaba de lo alto del muro, perteneciente a una figura embozada.

- ¡Tan cerca y a la vez tan lejos! ¿¡Venís a rescatar al soldadito!?... He disfrutado con su presencia, es un sujeto fuerte... ¡¡¡pero no dejaré que os lo llevéis vivo!!!

La muchacha gritó impotente al ver que el verdugo colocaba la mano sobre la palanca, pero su macabra mueca se tornó de sorpresa mientras el ruido de un disparo resonaba en el patio, el verdugo cayó hacia atras fulminado mientras el pelirrojo bajaba el rifle para recargarlo musitando unas quedas palabras.

La muchacha no esperó mas señal y se acercó a la carrera seguida de cerca del tuerto, hasta el hombre encapuchado, con el hacha cortó la cuerda y con cuidado tumbó al hombre, que se encontraba desnutrido y con evidentes señales de tortura.

Con el corazón desbocado, le retiró la capucha... para encontrarse con un rostro desconocido que la miraba asustado. Antes de poder reaccionar, el tuerto hundió la espada en su corazón matándole.

La muchacha rugió de ira alzando la mirada hacia el encapuchado, al tiempo de ver como les señalaba y una fuerza desconocida les tiraba de espaldas del cadalso.

- ¿¿¿Creíais que iba a ser tan fácil???...No, el que buscais está aqui...- Agudizando la mirada la muchacha pudo ver un hombre escuálido, cubierto de heridas y encapuchado como el anterior, atado a un poste como si de un trofeo se tratara- ¡Ah si... a ti te conozco tuerto! Estuviste en Naxramas ¿verdad? Como disfruté matando a tus compañeros... ¡como haré contigo!

El tuerto observó al nigromante contestando una sola frase: Lo quiero vivo.

Algo que no llegó a escuchar la muchacha que se alejó del lugar buscando frenética una forma de subir hasta lo alto del muro, rodeando el cadalso se subió a una de las cajas y de ahí se enganchó a una piedra de la pared, ayudada por el hacha y sus músculos, consiguió trepar por una zona del murete medio derruido hasta arriba. Sin detenerse ni percatarse de los gritos que venían de abajo, se lanzó sin miramientos hacia la figura que inclinada miraba encantado como unos necrófagos ponían en apuros al tuerto.

Silenciosa y mortal, la joven se abalanzó sobre él antes de darle tiempo a reaccionar cortándo la cabeza de un tajo, seguidamente se giró hacia la figura maltrecha cortando con el filo del hacha las cuerdas, ayudando al desmadejado hombre a tumbarse, con las lagrimas nublando su vista le quitó la capucha descubriendo la cara ajada de su marido, su amor... 

- Ya está... estamos aqui... estas a salvo... quedate aqui mi vida... voy a ayudar a los demás y luego vamos a casa ¿eh? te curaremos las heridas... todo será como antes...- sus manos temblorosas acariciaban el rostro del hombre, como tantas otras veces había hecho, recorriendo las heridas de sus mejillas, los surcos de sus ojeras...

Mientras tanto abajo, el tuerto luchaba en su forma huargen con los necrófagos mientras sus compañeros disparaban intentando darle un respiro, finalmente con un rugido consiguió apartarlos lo suficiente para encaramarse a las piedras y salir del foso.

Los muchachos cubrieron su retirada atravesando entre los barracones y saliendo del recinto, mientras el huargen trepaba por el mismo sitio que la muchacha hasta llegar arriba.

- ¡Que parte de lo quiero vivo no entiendes!?- Las maldiciones se acallaron al ver la escena que se desarrollaba ante el, la muchacha meciendo el cuerpo de su antiguo compañero de armas mientras sollozaba quedamente, con un ruido de huesos y chasquido de tendones recuperó su forma humana antes de acercarse a ella colocando una mano en su hombro.

- Debemos... está herido... ayúdame a bajarle...- gruesas lagrimas corrían por sus mejillas mientras abrazaba a su amor, su mirada suplicante se clavó en el.

- Muchacha... ya no podemos hacer nada, déjalo, tenemos que salir de aquí cagando leches.

- NO!! Está bien, solo se ha desmayado!! hay que bajarle!! no me voy de aquí sin el!

El tuerto la observó un instante asintiendo, y después le golpeó con fuerza en la nuca noqueándola, seguidamente ató su cuerpo y avisó al resto por el comunicador.

- Ayudadme a bajarla... la he tenido que noquear, que no quería dejar el cuerpo.

- Vale, estamos aqui abajo, la recogemos.- el pelirrojo le hizo una seña desde el suelo mientras el cazador vigilaba en torno para evitar alguna sorpresa.

Con cuidado, descendió el cuerpo de la muchacha con ayuda de la cuerda mientras aguantaba el peso tirando de riñones, una vez que estuvo en el suelo esperó a que la desataran y recuperando la cuerda, ató el cuerpo inerte de su compañero de armas, en silencio deslizó el cuerpo hasta abajo, como acababa de hacer con la muchacha.

Tras desatarlo, el tuerto recuperó una vez mas la cuerda y atándola bien para que aguantara su peso, se deslizó por la pared del muro hasta el suelo.

El rubio tenía cogida a la muchacha en brazos, mientras el pelirrojo cargaba con el escudo y el hacha de esta.

- Llevadla a la moto, me reuniré con vosotros en un rato.

Ambos asintieron mientras el tuerto cargaba con el cadáver del que conocían como Derek Hawk, perdiéndose entre los arboles a su vista.

Acatando las órdenes ambos se dirigieron hacia donde dejaran las motos, cargando con la desfallecida muchacha.

Por el camino el pelirrojo, que conocía levemente a Hawk le explicaba al cazador quién era este:

- Era un gran tirador, podía peinarte con la raya en medio a quinientos metros. Y era el marido de la que llevas en brazos.

- ¡No fastidies!

- ¡Y tanto que sí!... no quiero estar cerca cuando se despierte. Pobre, tan joven y ya viuda.

Al llegar a las motos, colocaron a la muchacha en el sidecar de una de ellas, y encajaron el escudo y el hacha de tal manera que no se cayeran con el traqueteo del viaje.

Al cabo de un rato, la muchacha empezó a desperezarse mirando en torno confusa.

- ¡Donde? ... - frunció el ceño mirandoles a ambos, que por precaución se mantenían a unos pasos de ella- ¡donde está! ¡Qué habéis hecho con él!-

- Eh! Tranquila... el tuerto se lo ha llevado, supongo que para enterrarle. En cuanto esté de vuelta le gritas a el.

Las palabras resonaron en su cabeza... "Enterrarle"... parpadeando se dejó caer en el asiento, mirando sin ver, poco a poco la realidad de tales palabras se asentó en sus pensamientos, encogiéndose sobre si misma apoyó la cabeza en sus brazos, sollozando en silencio.

<<Lo siento... he llegado tarde mi vida... perdóname>> 

Cuando el tuerto volvió al fin, todos subieron en silencio a las motos, volviendo hacia la ciudad. La joven sin pronunciar palabra en todo el trayecto se limitaba a mirar apesadumbrada el paisaje, mientras recordaba tantos momentos felices que no se repetirían.

Tras varias horas de camino, llegaron finalmente a la casa del tuerto, donde una solicita morena tomó a la muchacha de las manos ayudándola a subir a uno de los cuartos de invitados.

El tuerto junto a los chavales las dejaron a solas, permitiéndo a las muchachas algo de intimidad, mientras se encaminaban al cementerio de la ciudad.

Una vez allí, el pelirrojo y el tuerto dispararon veintiún salvas en honor del compañero caído.

La maga, mientras desnudó a la muchacha con cuidado, quitandole la armadura con delicadeza antes de prepararle una de las camas y conducirla a ella. A mitad de camino, al resonar las salvas, la joven cayó de rodillas ahogando un gemido de dolor, abrazada a la maga que acariciaba sus cabellos intentando darle consuelo.

Cuando el silencio reinó de nuevo, la muchacha medio se arrastró medio se apoyó en la mujer morena cayendo sobre la cama, dejandose abrazar por la maga que intentaba darle consuelo susurrándole hasta que el cansancio, el dolor y el vacío de su alma hicieron mella en ella durmiéndose.

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martes, 26 de enero de 2016

CRONICAS DE VIAJE: TORNEO DE HOJA DE AMBAR, EN DARNASSUS IV





Día 4: Primeros combates, Grupo A 

Hoy tras un dia de relajo, en que conocí a varios de los combatientes con los que crucé alguna palabra y de los que descubrí alguna historia, como el escaldo Bror Draiterson, un norteño bastante amable... empezaron finalmente los combates del torneo.

Estaba tan nerviosa que casi me tiro la tinta encima, y no es para menos! que cantidad de gente!! Luchadores de todas las razas de Azeroth, con sus grandes armaduras, todo tipo de armas... Me intrigó sobre todo una de las draenei, con esa armadura oscura, daba miedo.

En fin todo se desarrolló como recordaba, el Capitán Gilnar de Seneldor, nos dió la bienvenida recordando la normativa del Torneo que en definitiva se podía resumir como que se usarían armas de entrenamiento debidamente acolchadas para evitar heridas graves y que el fin del Torneo era reunirnos todos bajo un mismo techo, para pasar un rato divertido.

Fue entonces cuando presentó los primeros combates nombrando a los combatientes: Sholdon Bosquefresco, Vindicadora Zhukela, Lanthalas y la draenei de oscura armadura llamada Malori.

Entonces llamó a las primeras combatientes, este año abrían el torneo la Vindicadora Zhukela y Malori. Cada una con un estilo de lucha peculiar, dado que la vindicadora llevaba una pesada maza de manufactura draenei desde luego y Malori dos bastones debidamente acolchados.

El combate dio comienzo con ambas contendientes estudiándose, atentamente, pero la vindicadora Zhukela en ese momento inició su ataque acercándose rápidamente a la otra draenei tomándola desprevenida y encajando un primer golpe dirigido a su hombro. Malori entonces trató de devolverle el golpe con ambos bastones acolchados, pero Zhukela fue más agil y los esquivó.

Entonces Zhukela giró sobre si misma dandole un golpe seco y contenido a la parte posterior de sus rodillas, haciéndole perder el equilibrio a Malori, quien recuperándose con rapidez intentó darle un certero golpe a Zhukela en el pecho, haciéndola retroceder. 

Zhukela, recuperada del golpe, intentó volver a golpear a Malori tras las rodillas para hacerla caer, pero la draenei de oscura armadura esta vez esquivó con agilidad el golpe tomando distancia de su contrincante. Malori, aprovechó entonces para tratar de encajar un golpe en el hombro de la vindicadora, consiguiéndolo y empatando de esa manera, cosa que el público festejó con vítores y aplausos. Como inicio del Torneo estaba siendo todo un espectáculo!

A continuación Zhukela se enderezó y echando hacia atrás los hombros, lanzó la maza contra el pecho de su oponente, impactando pese a los esfuerzos de Malori por esquivarlo sentenciando el combate.

Con el primer combate, finalizado alzandose la Vindicadora Zhukela con la victoria, el Capitán Gilnar de Senedor, anunció a los siguientes combatientes: Sholdon Bosquefresco contra el Kaldorei de níveos cabellos Lanthalas.

La verdad es que el elfo de cabellos blancos imponía bastante respeto, al llegar a la zona de combate dejó clavadas las lanzas enrollando las cadenas en sus brazos, mientras Sholdon por el contrario permanecía tranquilo observando a su contrincante.

Tras recordar el capitán la normativa del combate, se apartó dejandoles espacio para luchar.

El elfo de cabellos como la nieve se lanzó presto al ataque tratando de enganchar a Sholdon con las cadenas para darle un puñetazo en el mentón, pero Sholdon ágilmente esquivo el ataque y trató de golpearle con el filo plano de su arma en las piernas para hacerle perder el equilibrio. Pero a pesar de recibir el golpe, Lanthalas rodó agilmente incorporándose presto a devolverle el golpe a su contrincante, lanzando sus cadenas hacia el para desarmarlo, consiguiéndolo.

Entonces Sholdon sin perder un momento trató de darle un gancho a la mandíbula, al tiempo que se retiraba un par de pasos, pero Lanthalas bloqueó el golpe con su poderoso antebrazo, devolviéndole el gancho al mentón cogiéndole desprevenido. Hecho esto, Lanthalas retrocedió arrancando la espada de Sholdon de sus cadenas y enviándola a un lado, observando a su contrincante con furia.

Sholdon sin amilanarse ante su fiero contrincante, se lanzó en una rapida carrerilla saltando en el último momento para encajarle una fuerte patada en el pecho, haciendo que Lanthalas reculara hacia atrás por el golpe. A estas alturas el público los vitoreaba enardecido. 

Lanthalas trata de golpear a su contrincante, pero Sholdon esta vez es más rápido esquivando su ataque mientras retrocedía, tomando impulso corrió hacia Lanthalas y en el ultimo momento se deslizó por el suelo tratando de hacerle un barrido pillando a Lanthalas desprevenido haciéndole caer, sentenciando el combate.

A estas alturas estaba tan emocionada, que me temo que me dejé llevar por la alegría del público y dejé de lado la lira para tomar apuntes de cuanto acontecía, y es que llegaba el momento del tercer combate: Lanthalas contra Malori, la draenei de oscura armadura.

Lanthalas esta vez no perdió un segundo y antes de que consiguiera poner el pergamino en su sitio para tomar notas, ya estaba lanzándose ferozmente contra su contrincante, intentando empujar a Malori con una brutal patada, haciendo que la draenei retrocediera cogida por sorpresa, momento en que el elfo permaneció con la pierna alzada, observando el impacto de su golpe.

Diríase que estaba gratamente sorprendido, pero Malori es una luchadora fuerte, y recomponiéndose con rapidez, trató de golpear al elfo con un giro rápido, siendo esta vez ella quien tomara por sorpresa al elfo.

Lanthalas por su parte, retrocedió un par de pasos debido al golpe, pero sin mediar palabra ni dar cuartel a su contrincante saltó contra su contrincante agarrándola de los cuernos para hacer fuerza e impactándole con otra patada contra el suelo, la draenei apenas pudo esquivar el ataque cayendo a tierra, e intentando quitarselo de encima lanzo una patada o coz, viendo sus extremidades. Pero Lanthalas con agilidad la esquivó inmovilizándola nuevamente agarrándola de la cabeza finalizando de esta forma el combate.

Antes de que el público se impancientara, Gilnar llamo a la lid a los dos nuevos contrincantes, los nuevos combatientes entraron en la zona de combates, esta vez Zhukela se enfrentaba a Sholdon BosqueFresco, ambos ganadores de sus anteriores combates.

Tras saludarse respetuosamente, Zhukela inició el combate con un amago a la pierna derecha, aunque trató de darle a la contraria, supongo que por probar las capacidades del elfo, pero éste ya veterano combatiente vió su jugada con suficiente antelación para apartarse ágilmente. Seguidamente sin dar tiempo a su contrincante, se abalanzó para tratar de colarse en sus defensas y acertarle un golpe en el costado, impactando en Zhukela y haciendo que esta aprovechara la inercia de su ataque para lanzarse sobre las rodillas del elfo, haciendo que este perdiera el equilibrio.

Desde luego los combates de esa noche no solo enorgullecían el Torneo sino que eran recibidos con grandes vítores y silbidos del público que animaba en ese momento a uno y otro.

Sholdon desde el suelo, trató de penetrar sus defensas con un golpe ascendente de su espada, intentando dañarla en el brazo, pero Zhukela más rápida, aprovechó para parar el golpe e incorporarse utilizando este ataque como punto de apoyo para empujarle, pero Sholdon maniobró a la perfección zafandose de su contrincante.

Entonces Sholdon volvió a la carga, esta vez buscaba un golpe rápido, fintando a un lado para golpear a Zhukela en un hombro, pero la draenei aparentemente más lenta, nos dejó a todos estupefactos con su agilidad, esquivando fácilmente este golpe.

En ese momento la draenei, mirando por un instante su maza, cargó contra el elfo, con un grito ininteligible, que me imagino que seria un grito de batalla en su idioma natal, golpeando al elfo no solo con el arma sino con toda la fuerza de su cuerpo, enviando a Sholdon trastabileando hacia atras, totalmente soprendido por su rapidez, supongo.

Creo que este combate fue uno de los más emocionantes, porque el elfo ni corto ni perezoso se lanzó a la carga contra la draenei tratando de patearla el pecho con fuerza, para quitarsela de encima, haciendo que la vindicadora retrocediera, pero lejos de amilanarse, como dos colmipala enfrascados en una pelea de pura fuerza, redobló su empuje contra Sholdon, empujándole. Pero Sholdon, consiguió zafarse esquivando el empujón.

Entonces cuando todos estábamos mordisqueandonos las uñas nerviosos por el combate, Sholdon, trató de usar su espada como punto de apoyo para golpear a su contrincante, casi me muero del susto, pero Zhukela una vez más hizo gala de su agilidad y saltando lejos de su contrincante, le esquivó, aprovechando la inercia del golpe para golpear al elfo entre los hombros.

Creo que el grito del capitán Gilnar nos sacó a todos de nuestro estupor, la draenei había vencido!!

Como todos los combates sean así, voy a acabar con las uñas destrozadas... aún estabamos felicitando a Zhukela por el combate cuando Gilnar dio paso al siguiente combate: Zhukela vs Lanthalas.

Nuevamente el elfo fue más rapido y apenas estabamos otra vez volviendo la atención al combate, cuando éste se lanzó como una exhalación sobre la vindicadora, tratando de desarmarla, tomando no solo a la draenei sino al resto por sorpresa diría yo. Zhukela desarmada, no se amedrantó y tal y como había demostrado en el anterior combate, respondió con premura, lanzando un golpe contra sus rodillas para desestabilizarle.

Debo decir que ya veia en el suelo al elfo, pero una vez mas me sorprendió, ya que esquivó por poco el ataque de la draenei, y con el mismo movimiento trató de golpearla en la cara de una patada. Suerte que Zhukela, le vió venir y se apartó haciendo perder el equilibrio finalmente al elfo. 

La vindicadora, sin mediar descanso rodeó a su contrincante tratando de agarrarle de las manos para mantenerlas a su espalda, (imagino que tras ver lo que hizo con su compatriota no tenia ganas de que le tocara los cuernos) coguiéndole por sorpresa. Lanthalas gruño desafiante intentando hacerla desequilibrar tironeando de ella para intentar voltearla sobre su espalda de cabeza al suelo, pero la draenei clavando las pezuñas en la tierra no se inmutó, al contrario trató de empujarle para empotrarle contra el suelo.

No he visto dos contrincantes con mayor tesón, casi podía ver los definidos músculos de ambos restallando ante el esfuerzo, y no fue para menos, Lanthalas orgulloso soltó un gruñido e imponiéndose al agarre trató de lanzar a la draenei por los aires... ¿Habéis oído eso de no, hasta que pase volando una cabra? No quiero ser irrespetuosa, pero creo que no usare mas esa negativa...

La draenei, tras levantarse del suelo con rapidez, cargó contra el elfo golpeándole entre los hombros con saña, y este encajando el golpe respondió cargando a su vez contra la draenei intentando agarrarla del cuello para hacer presa. En ese momento os juro que mi corazón latía tan rápido que me costaba escribir lo que veía...

Creo que perpleja es una definición bastante pobre de como me quedé ante la visión del elfo sosteniendo a la draenei por el cuello, alzándola del suelo un angustioso segundo antes de dejarla caer, ganando así la victoria en ese combate.

Si los combates anteriores me parecieron autenticas proezas de fuerza, éste sin duda fue un combate épico. Ver dos colosos de tal tamaño pelear... me hace alegrarme de no haberme inscrito este año en el Torneo...

No obstante, el elfo hizo gala de su gallardía, ayudando a levantarse a la draenei y después adelantándose para recoger la maza del suelo, tendiéndosela con una amable sonrisa, un contrincante poderoso y noble. ¿Qué más podemos pedir en este Torneo? un contrincante poderoso y noble. ¿Qué más podemos pedir en este Torneo?

Esta vez el Capitán Gilnar se ahorró el discurso al vencedor, ya que Lanthalas declinó tal honor, comentando que el no luchaba por la gloria sino por defender el orgullo de su pueblo. Ciertamente el elfo de níveos cabellos me cae bien, algo brutal pero noble al fin y al cabo.

Y llegados a este momento, el último combate, que enfrentaba a Sholdon contra Malori, la draenei de negra armadura... creo que mi temblorosa mano llena de tinta rogaba por el fin de los combates, pero al mismo tiempo nunca me había sentido tan emocionada.

El Capitán Gilnar de Seneldor, anunció el último combate, recordando que Sholdon aún tenía ocasión de ganar la victoria de este grupo dependiendo del resultado.

Quizás eso hizo que Sholdon se adelantara e iniciara el combate tratando de golpear a su contrincante con un tajo rápido en el estómago, pero la draenei haciendo honor a su pericia, consiguió parar el golpe con sus bastones, contraatacando, y penetrando las defensas de su contrincante.

Sholdon, sin inmutarse ni perder un segundo, atacó nuevamente a la draenei con una fuerte patada a sus rodillas, intentando desestabilizarla, pero nuevamente la draenei se movió con agilidad esquivándole y contraatacando trató de empujarle para apartarla de ella. Sholdon, fue repelido, pero lejos de rendirse cargó contra la draenei... en un ataque a la desesperada consiguiendo tomar por sorpresa a la draenei por primera vez.

Pero Malori, aprovechando la cercanía de Sholdon, contraatacó, golpeándole en el lado derecho de la cadera desestabilizándole y tirándole al suelo.

Creo que fue justo dado el esfuerzo de la draenei, aunque su victoria dio al traste con la esperanza de Sholdon Bosquefresco de salir como vencedor del Grupo A.

Finalmente fue, el elfo de cabellos blancos el gran ganador del Grupo, Lanthalas, (2 Victorias-  Derrota, 8 golpes a favor y 6 en contra) seguido de cerca por la Vindicadora Zhukela (2 Victorias- 1 Derrota, 8 golpes a favor y 7 en contra)

Finalizado el combate, y en vista de los ánimos del público... y que aún era temprano,el Capitán Gilnar anunció que comenzarían en breve los combates del Grupo B... pero es tarde, estoy cansada, me he hinchado a frutas y tengo la mano pegajosa de tinta... así que mañana transcribiré el resto de los combates, los referentes al Grupo B... por hoy creo que es hora de dejarse arrullar por los sonidos del bosque.

Un inicio de Torneo trepidante... eso si... 

*zzzzz*


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sábado, 23 de enero de 2016

CRONICAS DE VIAJE: TORNEO DE HOJA DE AMBAR, EN DARNASSUS III


DIA 3: DIA DE ENTRENAMIENTOS

La verdad es que hoy poco puedo decir, me he pasado casi todo el dia recorriendo la ciudad, comprando algunas fruslerías y haciendo acopio de frutas, debo reconocerlo, me pirran.

Y después... ¿qué creéis que pasó? Pues lo más normal, me empache comiendo esas delicadas frutas multicolores, de sabor extraño a mi paladar y tan jugosas... y me quede frita cerca de uno de los lagos, a la sombra de uno de los hermosos árboles que rodean la ciudad... Sí, parece mentira pero aquí me siento segura, tal vez sea por los grupos de centinelas que recorren la ciudad montadas en sus enormes sables, o que cada pocos pasos encuentro una pareja de centinelas vigilando la zona... El caso es que no he dormido una siesta mejor en mi vida, arrullada por el sonido del agua, el cantar de las aves y los susurros de la brisa entre las ramas de los árboles.

Me desperté ya entrada la noche y tras levantarme algo azorada, (si, lo admito, me caía un poco de baba de los labios, y supongo que espanté a alguna ardilla con mis ronquidos...), me dirigí a curiosear a la zona de entrenamientos de donde venían varias voces.

Al llegar vi un grupo de enanos, que hablaban de forma coloquial con un grupo de mujeres, una morena y dos rubias. Algo más alejados se encontraban un kaldorei, entrenando a una joven muchacha de cabellos negros como ala de cuervo, cruzando algún que otro golpe de espada mientras le corregía la postura para volver a cruzar estocadas.

Me fije y pude ver a nuestra Tigresa, entrenando con uno de los muñecos de entrenamiento, sus golpes fluidos y certeros rebotaban contra el muñeco de madera con una cadencia rítmica, pero antes de poder acercarme a saludarla escuche algunos vítores y al girarme descubrí que el Tuerto, estaba entrenando con uno de los enanos, que portaba dos enormes mazas.

Sonriendo me senté algo alejada, con la suficiente visión para gozar de la pelea. Y efectivamente, fue entretenida y algo igualada. El tuerto consiguió atravesar la guardia del enano haciéndole perder una de sus mazas con un golpe de su estoque, pero el enano ni corto ni perezoso inicio una carga que acabó con un golpe en el pie del Tuerto... el pobre debió ver las estrellas. Continuaron cruzando golpes, uno con elegancia dando estocadas rápidas y certeras, y otro empuñando la maza con gran fuerza, hasta que el enano hizo una de las técnicas que los hacen famosos. Una carga contra el Tuerto, tirándole al suelo por sorpresa y finalizando de esa forma el combate.

Menos mal que el Tuerto se lo toma bien, pues los allí presentes acabaron prorrumpiendo en vítores hacia el enano, limitándose ambos contendientes a felicitarse zanjando el entrenamiento con un apretón de manos.

Pude ver que llegaban los hombres del destacamento del veterano Capitán llamados Primeros de Thuran, que se colocaron a un lado de la zona comenzando a entrenar entre ellos, momento en que la joven de cabellos oscuros y el Kaldorei aprovecharon para reunirse con los suyos.

Tigresa por otro lado aceptó entrenar con una rubia, que por lo que pude ver era bastante ducha en el arte de combate cuerpo a cuerpo, imagino que era una de las que participarían en el Torneo.

Fue un combate interesante, ambas pelearon a mano desnuda, esquivándose con agilidad mientras se estudiaban atentamente con la mirada. En una de las ocasiones la rubia consiguió encajarle un tremendo golpe a Tigresa en el torso, pero esta ni corta ni perezosa se lo devolvió. Ambas conversaban en voz baja comentando los golpes de una y otra, más que una pelea era un entrenamiento en toda regla. Finalmente tras intentar la rubia golpearle en la cara, Tigresa se echó a un lado dándole un golpe a la chica en la rodilla haciendo que perdiera pie. Pero la rubia, tomando por sorpresa a la pelirroja que había bajado la guardia para acercarse a ella se levanto con inusitada rapidez, encajándole un certero rodillazo en el estomago.

Creo que desde ese momento, Tigresa se lo tomó mas en serio... y tras un par de golpes y una infructuosa llave de la rubia que intentaba tirar a la pelirroja, respondió ejecutando una de sus llaves acabando con la muchacha rubia de espaldas en el suelo.

Finalmente Tigresa la ayudó a levantarse, riéndose y dando ánimos a la joven, y ahí fue cuando decidí irme. 

Desde luego el Torneo pinta bien, creo que mañana por la noche será divertido ver los combates aunque espero que no lleguen a la crudeza de los pasados. Sinceramente, siendo combates amistosos, me parece bien la idea de los Kaldorei de entregar vainas acolchadas de cuero, para evitar heridas graves. Sólo nos faltaba que se derramara sangre o que hicieran con uno de los participantes lo que hicieron conmigo, mandarme a la enfermería como si una manada de Elekk me hubiera pasado por encima.

Pero es hora de recoger, dormir y disfrutar de una noche mas de calma en este maravilloso lugar, veremos que deparan los combates de mañana.

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CRONICAS DE VIAJE: EL TORNEO DE HOJA DE AMBAR, EN DARNASSUS II


DÍA DOS: RECUERDO A LOS CAIDOS Y OFRENDA A ELUNE


Me acabo de despertar... y para variar no ha sido una discusión en plena calle, ni el sonido de los cascos sobre los adoquines, sino el leve trinar de las aves... Ha sido una sensación maravillosa.

Hoy me he dedicado a recorrer una vez más las calles de Darnassus, disfrutando de su arquitectura... es increíble como los edificios fluyen con su entorno, prácticamente no se distingue donde empieza la ciudad y dónde el bosque.

Pero lo más deslumbrante y hacia donde confluye toda la ciudad es el Templo de la Luna, desde los jardines del templo, ubicados en el centro de la capital se elevan los demás puentes y terrazas rodeados de cristalinas aguas, mis pasos se dirigieron hacia la fachada de ese edificio.

Es curioso, pero según me ha contado una amable kaldorei, el gran Templo de la Luna fue construido a imagen y semejanza del primer Templo de la Luna en Suramar, antigua capital de los Kaldorei.

Está construido con piedras níveas, mantiene un perfecto equilibrio con la naturaleza, este lugar es considerado el alma misma de la sociedad de los Kaldorei... y desde luego no deja indiferente.

Nada más entrar tu vista se dirige a la gran estatua de blanca piedra, que supongo que será mármol, que representa la imagen de una Elfa Nocturna con una bandeja derramando agua, se supone que para los Kaldorei eso representa desde donde la diosa Elune derrama su gracia sobre el mundo.

Caminar por sus bellos jardines ornamentados, conmina al silencio y la introspección, se respira tranquilidad y armonía en ese lugar... 

Me distraigo de lo sucedido hoy, pero es que merece la pena perderse en sus jardines, pasear por las rampas del templo para llegar a la terraza desde donde puedes apreciar la belleza del templo... no he tenido la suerte de ver a la Alta Sacerdotisa Tyrande Susurravientos, pero que puedo esperar, tan sólo soy una humilde bardo, humana que tiene el privilegio de pasear por su ciudad y descubrir sus maravillas.

En fin, creo que pasé demasiado tiempo embobada en el Templo, porque cuando sali ya era media tarde, y tenia un hambre de lobo, menos mal que los Kaldorei son amables y una de ellos me invitó cordialmente a comerme unos frutos morados... de sabor dulce y jugoso, creo que no he paladeado nada más exquisito en toda mi vida.

Finalmente me dirigí a la zona de entrenamiento donde se reunían varios de los recien llegados, y nos pusimos en marcha hacia el Templo de la Luna, junto a los chicos presencié la tradicional ofrenda solemne a Elune en el Templo de Darnassus, como todos los años que da inicio a las festividades del torneo.

En primer lugar el capitán Gilnar de Seneldor, nos dió la bienvenida y nos recordó que entre esos muros debiamos mantener una tregua, puesto que no se permitiría ningún tipo de ataque ni rivalidad.

Sus palabras resonaban en el templo, que por cierto tiene una acústica increíble. Y finalmente dió turno de palabra a la Sacerdotisa Ishande Hojacaída, quien nos miró uno a uno esbozando una cálida sonrisa antes de comenzar a hablar con voz suave y melodiosa. 

"Os pediría de todo corazón que durante vuestra estancia en Teldrassil, respetárais las leyes que nuestro pueblo, ha seguido durante su largo camino en este bello mundo. Disfrutad del aire puro que se nos brinda. 
Este árbol es joven, pero en sus bosques se haya todo un surtido de especies que conviven con nosotros.
Veo aquí muchos individuos de tierras lejanas, viajeros que han acudido a este joven árbol para formar parte de las celebraciones que se acontecerán en las próximas Lunas.Tal y como ha anunciado el Capitán Gilnar de Seneldor, seré yo la encargada de oficiar esta humilde plegaria a la Gran Madre, pero antes desearía realizar un pequeño aporte"

En ese momento todas las personas que nos encontrábamos en el recinto, y éramos muchas, tantas que casi rondábamos la cuarentena, estabamos pendientes de sus palabras.

"Deseo de todo corazón que vuestra estancia aquí sea apacible, y sobre todo que os reporte muchos de los dones que la naturaleza tiene para nosotros, aquellos que tenemos el regalo de la vida en nuestro interior"

En ese momento desenlazó los dedos de sus manos, hasta entonces cruzados ante ella, y abrió los brazos como abarcándonos a todos, sus facciones se relajaron y cerró sus ojos, antes de pronunciar la plegaria con voz firme y a la vez cálida.

"Dama blanca, tú que en cada noche asomas tu resplandor sobre este bello mundo, pido un resquicio de tu infinita benevolencia. En tu manto cubierto de estrellas, encontramos la guía de todos aquellos que dieron sus vidas, vidas que se vivieron hasta su trágico final para que muchos de los que aquí nos encontramos, pudiéramos ver otra noche estrellada. 
Pido de ti, yo una humilde hija de las estrellas... parte de tu infinita visión y sabiduría. A tí quiero guardar semejanza en estos momentos, alejados del clamor de la batalla y de la pérdida que suponen los conflictos. No permitas que sobre las mentes de estas tus creaciones pese el odio y la intolerancia, pues todos portamos el regalo de la vida en nuestro interior. Un regalo tan valioso que debería desmerecer todo acto hecho con malicia. 
Te pido como último favor que tus bendiciones caigan sobre esta celebración que como único motivo tiene estrechar lazos entre compañeros, amigos... hermanos.
Elune... Elune-adore.."

Finalizada la plegaría, apenas pude reaccionar, mi corazón latía con fuerza asimilando cada una de sus palabras... y creo que muchos de nosotros sentíamos lo mismo. Finalmente, poco a poco algunos comenzaron a aplaudir, emocionados.

Ésta sonrió una vez más antes de pronunciar unas últimas palabras: "Que la Luna y las estrellas os guarden en esta noche viajeros, y en todas las que vengan"

El capitán Gilnar de Seneldor, que como uno más se había sentado sobre la hierba a nuestro lado, se levantó en ese momento agradeciendo a la Sacerdotisa sus palabras.

Creo que nos excedimos en los vítores, puesto que algún que otro Kaldorei nos obsequió con una mirada reprobadora, pero que narices, somos humanos y bueno, también había enanos... hasta un Pandaren, y somos efusivos por naturaleza.

En ese momento creí escuchar a la mujer del norte pronunciar su propia plegaria,  pero habia tanto murmullo y lo susurró tan bajito que apenas pude escuchar un Freya y un Elune... Volví mi antención al capitán que volvía a agradecer nuestra presencia en estas celebraciones.

Y seguidamente se volvió al resto de sus compañeros de división, pronunciando algunas palabras de gratitud y para mi sorpresa, concediéndoles un rango de honor supongo.

A Ishande Hojacaída, le concedió el rango de Oficial en la División Hoja de Ámbar, por su incomparable dedicación. Esto cogió por sorpresa a la sacerdotisa que acertó a susurrar unas palabras de agradecimiento.

A una jovencita, rubia gilneana llamada Isiril D'arnisse, le concedió el rango de centinela, no solo por su entusiasmo sino porque como bien decia el capitán, nos recuerda que no se puede vencer sin amigos ni aliados. Creo que no he visto a nadie tan feliz, bueno puede que al pelirrojo cuando consigue arrancar una de las motos viejas del taller...

Entonces el capitán se giró hacia la dranei, una vindicadora por sus palabras, la Vindicadora Zhukela, elogiando su valentía demostrada día a día con sus actos, concediéndole el rango de Cadete, supongo que como bienvenida a la división. 

Despues nombró a Nadelia Hoja Sombría, una elfa cubierta por una larga capa y casco que apenas dejaba ver sus brillantes ojos, nombrándola exploradora por sus más que demostrados actos y su servicio a la división.

Tras cada honor concedido, prorrumpimos en aplausos, puesto que todo sea dicho, lo requería la situación.

Finalmente el capitán Gilnar, nos agradeció la espera pidiendo disculpas por el receso, y nos invitó a disfrutar del banquete que se celebraba en una de las terrazas aledañas al templo.

Puedo decir, que no he visto tantos manjares juntos salvo en alguna que otra boda... grandes mesas cubiertas de frutos exóticos, las piezas más delicadas de carne cocinadas con suaves especias, pescados aliñados con suaves salsas y sobre todo, frutas, verduras y pequeños pastelillos... Creo que comí tanto que me habría bastado para toda la celebración.

Fue interesante ver como las distintas delegaciones le presentaban sus respetos al capitán Gilnar, enanos, hombres del norte, una tropa de soldados encabezados por un hombre al que ya se le notaba la veteranía en sus canosos cabellos, otros kaldorei y algunos grupos dispares, entre los que nos encontrábamos nosotros.

La reunión fluyó tranquila, conociendo al resto de participantes del torneo, incluso me acerqué a hablar con una de las mujeres norteñas, tan grande y musculosa como amable, que me presentó a un colega de profesión, un escaldo... lo que viene a ser otro bardo.

Finalmente, el Capitán tuvo la deferencia de pedirme que cantara una canción para ellos, y así lo hice, tan nerviosa estaba que creí que iba a vomitar todas las delicias paladeadas...pero al final, tras agradecer su cortesía, pude tocar ente ellos mi lira, acompañándola con una sincera balada, inspirada en el Torneo. No fue mi mejor interpretación, al menos así lo percibi... Puede que fuera porque el público era más exigente que los habituales parroquianos de taberna, o que fuera demasiado melodiosa para una ocasión como esta... El caso es que al finalizar quise que me tragara la tierra... solo espero que en los siguientes dias consiga ganarme al público.

Ahora estoy en la soledad de mi habitación, en la posada, recordando fragmentos de conversaciones, rostros y nombres que no consigo unir y sobre todo... cansada después de todo el día recorriéndome la ciudad.

Veremos que tal se da el dia de mañana.


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Crónicas de viaje: Torneo de Hoja de Ámbar II por Nissa Audun se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

Miedo al fracaso.

Una vez mas me siento ante el ordenador, aprieto el botón de encendido y espero pacientemente hasta que es operativo. Entonces busc...