viernes, 15 de diciembre de 2017

Un Fin de Año Diferente



Beretta suspiró lanzando una última mirada al mar en calma, ese día había sido especialmente cansado. Entre entrenar a los novatos y realizar ese “trabajito” por el que habían cobrado una miseria… meneó la cabeza permitiéndose una media sonrisa, pero pese a que no había sido muy lucrativo había servido para afianzar el pacto con sus nuevos aliados, sí a veces el dinero no lo era todo.

Caminando lentamente se sentó en la cómoda silla frente a su escritorio, observando el pergamino que le devolvía la mirada impertérrito. Con un resoplido tomó la pluma y el tintero, lo había ido posponiendo con la esperanza de poder evitarlo, pero no podía demorarlo más.

Se permitió un momento para servirse un vaso de bourbon y encenderse un cigarro antes de tomar la pluma y comenzar a escribir con su letra pequeña y levemente inclinada.

“Querida Hija,

El año llega nuevamente a su fin al igual que nuevamente tengo que romper mi promesa de ir a verte… Había planeado pasar esta noche contigo, quería sentarme a tu lado y ver los Fuegos Artificiales, incluso había convencido a la Tía Akashla para que nos acompañara y te enseñara nuevos trucos, ya sabes que le encanta crear ilusiones… Pero, lo lamento mucho hija mía, es tanto o más duro para mí mantenerte apartada de nosotros, y sólo espero que un día puedas entender la razón de este sacrificio.

Llevo dos meses sin verte y me muero por volver a tu lado…Parece que fue ayer cuando te sostuve entre mis brazos por primera vez…tus pequeños deditos se cerraron sobre mi dedo aferrándolo con desesperación y es que ya de recién nacida dejaste claro que habías heredado el carácter guerrero de tu padre.

Ojalá pudiera estar allí contigo mi vida… ojalá pudiera estrechar tu pequeño cuerpecito y cubrir de besos tu carita, ojalá pudiera arrullarte entre mis brazos hasta que te quedaras dormida… Lo sé ya eres toda una señorita, pero siempre serás mi pequeña.

La tía Akashla pronto irá a verte y te llevará un pequeño regalo que espero mitigue un poco tu soledad, sé que no será lo mismo… pero prometo ir a verte en cuanto pueda… y quizás convenza a tu abuelo esta vez para que nos acompañe, aunque seguro que la Tía Avhy viene, (la última vez me amenazó con cortarme el pelo al cero J) mientras… cuida de nuestro amiguito por mí.

Te quiero mi niña,

Tu madre que te quiere.”

Depositó la pluma en el tintero mirando las breves líneas escritas en él mientras su mirada se tornaba borrosa… Molesta se pellizcó el puente de la nariz brevemente mientras inspiraba temblorosa una bocanada de aire. Finalmente dobló el pergamino lacrándolo con su sello contemplándolo pensativa.

La llamada en la puerta le sacó de sus pensamientos, alzando la vista para ver cómo alguien entraba en la habitación.

El Zurdo la miró enarcando una ceja.

- La próxima vez que necesites un recadero, manda a la pesada de tu hermanastra.

Beretta se recostó en la silla mirándole con una media sonrisa.

- No, era un tema delicado y necesitaba a alguien de confianza y… que fuera profesional.

- ¿Y tu hermana no lo es?- El tipo esbozó una sonrisa que no llego a sus ojos, antes de depositar la bamboleante caja que sostenía en la esquina de la mesa.

- Es de confianza… pero ya la conoces si llego a mandarla a ella a estas horas tendría cinco cachorros en vez de uno. Lo que me lleva a preguntarte… ¿Has traído lo que te pedí?- A lo que el hombre sin inmutarse señaló la caja mientras se encendía un cigarro.

- Ahí lo tienes… aunque no sé para que coño quieres ese bicho.- Beretta se permitió lanzarle una mirada seria antes de lanzarle un saquito de monedas tintineantes- Lo convenido… ahora si no te importa avisa a Akashla, creo que estaba abajo.- Él sopeso el saquito unos instantes antes de encogerse de hombros y salir del despacho.

Beretta se acercó a la caja sonriente, abriendo un poco la tapa agujereada, desde el fondo de la misma le llegó un ahogado maullido, estaba a punto de acariciar la pequeña cabecita oscura cuando Akashla entró como una tromba.

- ¿Ya lo tienes? ¿Dónde está? – Beretta no pudo evitar una sonrisa al ver a su amiga lanzarse sobre la caja soltando ruiditos de admiración, se puede decir que los gatitos eran su talón de Aquiles- ¡oooh pero mira que monadaaaa!!... ains me muero por tocarlo, pero no… mejor le dejamos eso a la peque… se va a poner tan contenta!- Beretta se apartó de la mujer y de la caja sintiendo como su corazón se partía, algo que la maga percibió porque la dirigió una apenada sonrisa- Lo siento… sé que querías dárselo en persona… ¿Quieres que esperemos a más adelante?

- No, tranquila… prefiero que se lo lleves ya… no quiero que esté sola esta noche. ¿Te quedarás con ellos?-

- Ya sabes que si mujer… y alegra esa cara… en nada podréis estar juntos si todo sale bien. Bueno… - Beretta le tendió la carta asintiendo lentamente- Vale… ehm… mañana te cuento como ha ido… ¡no puedo esperar a ver su cara!- Con una sonrisa, la maga susurró un encantamiento abriendo un portal por el que pasó ni corta ni perezosa desapareciendo con la valiosa caja entre sus manos.

- Sí… un día al fin tendremos un Fin de Año Diferente…-

Suspirando tomó sus espadas dirigiéndose a la puerta, esa noche tenía un “trabajo” que llevar a cabo y no le gustaba hacer esperar a sus presas.

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 Nota: Relato Ganador del "Primer Concurso de Minirelatos Luna Oscura "¡Fin de Año!" 

Miedo al fracaso.

Una vez mas me siento ante el ordenador, aprieto el botón de encendido y espero pacientemente hasta que es operativo. Entonces busc...